Hechos
Durante el conflicto, la violencia fue diferenciada, hubo una violencia de género, a las mujeres se les dañó por el sólo hecho de serlo. En efecto, sufrieron distintas formas de violencia sexual desde tocamientos indebidos, desnudos forzosos, violaciones sexuales, embarazos forzados, esclavitud sexual, etc., tanto por los agentes estatales como por los miembros de las organizaciones subversivas.
Si bien la CVR registró más de 520 casos de violencia sexual, esta cifra es un subregistro, ya que la vergüenza, el temor a ser estigmatizada, o que no se les crea, son factores que abonan a que no se hable del tema, y menos se denuncie.
Las iniciales que colocamos – por respeto a las víctimas – son casos de violación sexual acaecidas durante los años 1983 a 1993, en los lugares de Ayacucho, Apurímac, Lima, Oxapampa. Estos gravísimos hechos han sido perpetrado en su mayoría por miembros del Ejército, solo uno es imputado a policías, quienes utilizaron esta horrenda práctica violatoria a los derechos humanos de las mujeres cuando ellas acudían a preguntar por sus familiares a las bases militares, cuando se realizaban incursiones a las comunidades y domicilios de las víctimas, cuando las detenían y eran conducidas a las bases militares o sedes policiales por estar presuntamente vinculadas a grupos subversivos.
Varias de ellas no denunciaron en la época de los hechos – lo han hecho recién a partir del 2001 al 2010 -, y las pocas que lo hicieron no obtuvieron ninguna respuesta por parte de las autoridades.
Ruta legal
Todos los casos que señalamos, pese a la valentía de las agraviadas en enfrentarse a un proceso penal muchas veces revictimizador, están en investigación preliminar.
A 11 años del informe final de la CVR, no existe una sola sentencia.
