Tan cerca de la muerte

A fines de febrero y principios de marzo de 1997, cuando se ejecutó la operación “Victoria”, el Gobierno estaba en serios problemas. Habían transcurrido más de dos meses de la toma de la residencia del Embajador japonés Morihisa Ahoki, y era patente el cansando de la ciudadanía por la prolongación de la crisis. Hasta el Cardenal Augusto Vargas Alzamora había lamentado la “lentitud” con que se desenvolvían las negociaciones, y el Papa Juan Pablo II lo había respaldado en forma pública.

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