El miércoles 26 de octubre, en el marco del proyecto “el terruqueo en debate: memorias en disputa y estigmatización política en el Perú posconflicto” Oswaldo Bolo juntos a destacados panelistas, buscaron definir el impacto social del fenómeno conocido como terruqueo.
A través de las intervenciones de nuestros panelistas, pudimos definir el terruqueo desde diferentes puntos de vista: familiar, de memoria, artístico, sociológico y psicológico.
Abordamos el asunto de las orígenes del impacto social del terruqueo, así como el rol de la prensa que en palabras de Gisela Ortiz: “jugó el papel de justificar estas graves violaciones a los derechos humanos” así como de los medios de comunicación que siguen siendo imparcial al dia de hoy. “En la actualidad en el Perú , no cuentan como herramientas sólidas para entrar al debate público, me refiero a medios de comunicación. No podría identificar algunos medios que están orientados a la izquierda y eso genera un desbalance a la construcción del debate y de la argumentación pública. Hay un oligopolio mediático en el país que plantea exactamente los mismos titulares, la mismas noticias en la televisión y sus canales, las radios y no hay contrapeso.” explicó Guillermo Valdizán.
En el foro, también analizamos las repercusiones que causa este fenómeno afectando los derechos de las personas terruqueadas (chantaje, derecho a la memoria, verdad, justicia, dignidad), las víctimas siendo marginalizadas y casi siendo consideradas menos que seres humanos (Gisela Ortiz). Las victimas enfrentan un sistema de justicia pasivo pero tambien una real voluntad de control y de censura del Estado a traves de las leyes implementadas (la ley de apologia al terrorismo y la ley contra los museos) como lo comentó Guillermo Valdizán.
Eli Malvaceda, refiriéndose a las repercusiones del terruqueo en la sociedad, mencionó la pregunta académica “cuando un terrorista deja de ser terrorista” que merece reflexión. “Se piensa que la mejor estrategia es aislarlos […] pero lo que genera esta estigmatización es que endurezca la crisis que tiene, que los aspectos ideológicos de la persona se vuelven más fuertes, esa identidad política que tiene en lugar que se vea debilitada al contrario se fortalece. Hemos atendado muy mal sobre como atender a este tema del terrorismo pero tambien sobre como trabajar sobre este tema del terruqueo porque al no atenderse lo directamente, las personas que se aislan mas, por un lado los que son terruqueados o los que han pertenecido a un grupo politico terminen formando un entidad mucho mas fuerte y eso no termino ayudando a nadie.”
Por su parte, Fabiola Escárzaga argumentó que “el tema del terruqueo es una expresión actual de un racismo dentro de la sociedad peruana, punto de partida del conflicto que detonó la acción de Sendero Luminoso […] un racismo por el cual lo que ocurre a la población de la sierra, de ascendencia indigena, incluso que ya emigro a la ciudad de Lima, no incumbe a los grupos elitistas. Es una sociedad polarizada étnicamente […] incapaz de dar unas instituciones civilizadas e igualdad a todos los ciudadanos. El terruqueo es como la legitimación en el presente de la exclusión de una población mayoritaria […] más allá de los interés dominantes y que terminan siendo terruco.”
Para concluir, tanto los panelistas como los participantes mencionaron la necesidad de que este debate perdure y que se profundice en su investigación. Es crucial poner en discusión la historia para reflexionar sobre ese tema e informar a las generaciones actuales y futuras, porque no está siendo estudiado en las escuelas. Visibilizar este problema, evitar que se siga legitimando, y mantener el debate sobre él, permitirá que no se repita.
Seguiremos con nuestro encuentro, para seguir tratando el terruqueo y sus víctimas el 16 y 17 de octubre con un tercer foro que se realizará durante el XI Congreso de Derechos Humanos, en esa oportunidad para presentar los casos emblemáticos incluidos en nuestra investigación.
